Seguramente te sorprendió lo que recientemente sucedió con Roman Polanski y las actrices que decidieron levantarse de sus asientos y marcharse de la premiación en protesta al director de cine. Pues te contamos En marzo de 1977, Roman Polanski tiene 44 años. La revista Vogue Hommes le encarga un reportaje sobre “lolitas” de todo el mundo. No es algo inusual para Polanski: ha retratado a su novia Nastassja Kinski para Vogue en las Seychelles en 1976. Ella tiene 15 años. Para su nuevo encargo, Polanski declara que pretende “mostrar a las chicas tal y como son realmente en la actualidad: sexualmente atractivas, vivaces y absolutamente humanas”. Una de ellas es Samantha Gailey (más tarde Geimer). Ella tiene 13 años.
Polanski toma fotos de Samantha en exteriores. Son los retratos, hoy famosos, en los que se la ve con un vestido de algodón blanco, sosteniendo un ramo de flores y un sombrero, de espaldas, girando su cabeza hacia el objetivo de Polanski. El 10 de marzo, previo permiso materno, se acuerda una nueva sesión. Esta vez, en interiores. Concretamente, en la mansión de Mullholland Drive de una pareja amiga, la formada por los actores Jack Nicholson y Anjelica Huston. Nicholson no está en la ciudad; Huston no está en la casa. La sirvienta los deja pasar. Polanski insiste en fotografiar a Samantha en el jacuzzi, y en que se quite la ropa. A partir de aquí, las versiones difieren.
Según cuenta Polanski en sus memorias: “la experiencia y desinhibición de Sandra (no puede usar su nombre por cuestiones legales) resultaban evidentes. Separó las piernas y la penetré”. Según declaró Samantha décadas después en una entrevista con Larry King: “De ninguna manera hubo sexo consentido… Fue terrorífico y, echando la vista atrás, muy sórdido”. Lo que parece claro es que hay champán, hay Qualuude (la droga favorita de Bill Cosby y de El lobo de Wall Street), hay sexo oral, vaginal y anal. Según Samantha, pide irse de la casa en repetidas ocasiones, pero Polanski la retiene… hasta que llega Anjelica Huston y todo acaba… o empieza.