El 1 de enero se produjo un violento motín en una prisión de Chihuahua, que se saldó con la muerte de diez guardias penitenciarios y siete reclusos.
Una investigación sobre el motín arrojó algunos resultados iniciales desconcertantes, revelando que los presos habían estado dirigiendo un «autogobierno» fuera de las instalaciones, completo con celdas VIP, televisores, teléfonos móviles, camas confortables, drogas e incluso una caja fuerte llena de dinero en efectivo.
La fiscalía del estado de Chihuahua ha anunciado que destituirá al director del Cereso 3 e investigará a otros funcionarios por su implicación en «la entrada de objetos prohibidos», «omisiones» y «actos al margen de la ley».
30 reos se fugaron durante el motín; hasta la mañana del lunes 7 habían sido recapturados muertos tras un enfrentamiento armado entre presuntos delincuentes y autoridades.
Se cree que el hacinamiento en las prisiones mexicanas contribuye a la corrupción y a la violencia entre los reclusos.