Hay quienes dicen que hay que tocar fondo para dar un nuevo impulso a nuestras vidas. Tal es la situación por la que pasó uno de los más grandes deportistas de los últimos años y multimedallista olímpico: Michael Phelps.
El Tiburón estuvo ayer en la Ciudad de México para dar una charla motivacional. Phelps narró cómo tuvo que sobreponerse a tiempos de depresión, antes de alcanzar el éxito. “Me obligue a hacer del dolor parte de mi vida, tanto físico como mental. No es fácil como figura mostrar debilidades”.
Aunque la natación fue parte de su vida desde corta edad, la pasión por la misma no siempre estuvo ahí, como el nativo de Baltimore lo expresó: “Es complicado llegar a la cima, pero es diez veces más difícil mantenerse ahí”.
Uno de los momentos determinantes en la carrera de Michael Phelps fue a los 11 años, cuando Bob Bowman le hizo ver que poseía un talento. “Bob me enseñó a ponerme metas que me hicieran trabajar arduamente cada día. Fue muy duro conmigo. En más de 20 años de trabajo con él, solamente al concluir los Juegos Olímpicos de Beijing, recibí un ‘buen trabajo’ de su parte”.
A los 15 años se convirtió en el nadador más joven, en 68 años, en conseguir un lugar en el equipo estadunidense. Debutó en Sydney 2000, compitiendo en los 200 metros de mariposa y finalizando en la quinta posición.
Estuve a medio segundo de medalla, estaba enojado y a partir de ese momento removí el ‘no puedo’ de mi vocabulario”.
En Atenas 2004 comenzaría a escribir la historia con seis medallas de oro y dos de bronce pero eso no sería suficiente para Phelps. Comenzaba a ser comparado con Mark Spitz. ”Yo no soportaba que dijeran que era el segundo Spitz, no quería eso, quería ser el primer Michael Phelps.”
Las depresiones comenzaron a aparecer en la vida de La Bala de Baltimore y ese mismo año fue arrestado por conducir bajo la influencia del alcohol.
Tuve tres etapas de depresión en mi vida. Generalmente, acabando unos Juegos Olímpicos llega un bajón porque entrenas cuatro años para eso y al concluir te queda un sentimiento de vacío”.
Para Beijing 2008 la cosecha de medallas y récords continuaría. Logró ocho oros, siete marcas mundiales y un récord olímpico. Junto con sus logros llegaba una nueva controversia, una foto de Phelps fumando mariguana.
Después de sus cuartos juegos olímpicos y seis medallas más en Londres, Phelps anunció su retiro.
Me encerré tres días en mi cuarto, sin comer, sin dormir, ya no quería vivir más. Busqué ayuda e intenté resolver lo que sucedía en mi cabeza”.
Encontró un nuevo sentido: volver a competir. “Me motivé colocando citas negativas sobre mí de otros atletas, como de Ian Thorpe, quien dijo en 2016 que era improbable que alguien mayor a los 30 años pudiera conseguir una presea”.
Abanderado en Río 2016 y como capitán del equipo estadunidense, Phelps tenía un solo objetivo en mente: imponer otro récord para alcanzar 40 marcas en su carrera. No lo logró, pero se adjudicó cinco medallas de oro y una de plata.