La salud del atacante chileno está intrínsecamente ligada al rendimiento del equipo universitario, pendiente de sus goles
Castillo celebra un gol durante el torneo pasado. D. SÁNCHEZ CUARTOSCURO
Nicolás Castillo se ha ganado el aprecio del hincha de Pumas a cuenta de goles. El chileno le ha devuelto al equipo universitario un adjetivo extraviado: bravura. Este fin de semana, en el primer partido del torneo mexicano, anotó dos veces y fue el detonante de la remontada (2-3) frente a Pachuca.
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Contra Pachuca, Castillo tuvo una efectividad clara: cuatro remates a puerta con dos goles. El atacante, para evitar cualquier tarjeta amarilla o una lesión desafortunada, salió del campo en el minuto 88. En la cancha se asoció de gran forma con el argentino Matías Alustiza, nuevo fichaje del club y a quien la indisciplina le ha acompañado. En una ocasión le detuvieron en la ciudad de Puebla por jugar con una pistola de balines. Con Alustiza, el chileno puede respirar un poco y quitarse de encima la piedra que le exigía ser el goleador del conjunto.
El partido de Pumas contra Pachuca empezó mal cuando en los primeros 45 minutos se fueron abajo en el marcador 2-0 con goles de Franco Jara y Keisuke Honda. La resurrección fue promovida por un insistente Castillo para el 1-2. Luego, tras un remate seco de David Cabrera el guardameta tuzo, Alfonso Blanco, le dejó el balón a Jesús Gallardo. El gol de la victoria fue de Nico que se hizo notar para que Alustiza le dejara en la alfombra roja del gol con un toque con el talón.
RESULTADOS DE LA FECHA 1
Puebla 2-1 Tigres (Angulo ’26 y Acuña ’79; Valencia ’44)
- Atlas 1-2 León (Garnica ’45; Boselli ’19 y Andrade ’29)
- Cruz Azul 0-0 Tijuana
- Monterrey 1-1 Monarcas Morelia (Funes Mori ’25; Osuna ’90)
- Necaxa 0-0 Veracruz
- Toluca 1-1 Chivas (Vega ’23; López ’52)
- Querétaro 0-1 América (Martín ’44)
- Santos Laguna 4-2 Lobos (Djaniny ‘9, ’27, ’44 e Izquierdoz ’57; Quiñónes ’16 y Cortéz ’48)
Castillo ha jugado en 21 partidos con la camiseta de los Pumas. De ellos ha marcado 15 goles. Un saldo más que positivo para un futbolista al que es asiduo a la enfermería durante su estancia en México. El atacante nacido en Santiago de Chile ha sobrellevado molestias en el tobillo derecho y luego en toda la pierna. El futbolista se sinceró en su tribuna de Instagram durante el torneo pasado. “Y a los que dicen que me lesiono siempre, para que sepan: llevo siete meses jugando con un tobillo porque el otro lo tengo destruido”, escribió.
Si Castillo andaba mal, los Pumas agonizaban. El torneo pasado, el combinado representativo de la máxima universidad de México, fue el peor en 17 fechas con solo tres triunfos y 14 goles, cinco aportados por el delantero. Lo que caracteriza al ariete ha sido la potencia en sus arranques en busca de los balones y la explosividad en corta distancia.
El conjunto auriazul, dirigido por David Patiño, podrá tener una semana tranquila de trabajo con la mente puesta en 15 días cuando reciba en el estadio Olímpico – decorado con un mural de Diego Rivera – al América para disputar el derbi. Las águilas, por cierto, estrenaron a su goleador mexicano Henry Martín con un portento misil frente a Querétaro.
Nico Castillo ha tenido nueve mudanzas a lo largo de sus 24 años. De chico prefirió formarse en la Universidad Católica en vez del Colo Colo. Él mismo se consideraba como un barra brava del conjunto chileno. Con 20 años le fichó el Brujas de Bélgica, aunque durante dos temporadas no se pudo consolidar. Estuvo un breve tiempo en el Mainz 05 de la Bundesliga.
Estuvo un corto tiempo en el Frosinone de Italia y luego regresó a la Católica. Allí conquistó campeonatos de goleo y la liga. En México, al entonces entrenador Francisco Palencia le ofrecieron al jugador, y no dudó en atraerlo a su plantilla en 2016. Su rendimiento hace recordar las buenas temporadas de Bruno Marioni y de los iniciales años de Dante López. Aún queda lejos de alcanzar a los máximos próceres como Hugo Sánchez y Cabinho.
En Pumas afinarán las voces para la siguiente semana contra Atlas. El grito de «¡Nico, Nico!» quiere volverse aún más sonoro que la tradicional goya con el pendiente de que no se vuelva a romper su chileno favorito.