Hay un montón de artículos sobre por qué tienes compañeros de trabajo que no puedes soportar: a veces, se debe a que tienen una personalidad complicada, pero también puede deberse a que odias tu trabajo y sientes que no progresas, algo que te convierte a ti en el amargado.
Pasamos tantos días, semanas y tiempo de nuestra vida en el trabajo que resulta fácil tomarse como algo personal algún problema con determinado compañero de trabajo. Sin embargo, en vez de sentarte y hervir por dentro, puedes probar a tener la iniciativa para tratar de hacer que una situación indeseable con ese compañero se estabilice. He aquí algunas ideas:
Acábalos con cariño / Abordar el problema con cariño puede ser peliagudo, porque si es demasiado evidente que no te llevas bien con esa persona, te arriesgas a parecer falso o mostrar un comportamiento pasivo-agresivo, y ninguna de esas opciones te conviene. Pero, si logras una continuidad interactuando con esa persona, ya sea de forma cordial o más cálida, quizás logres derribar su coraza y hacer que tu jornada de trabajo sea más llevadera. Un estudio de 2010 del Journal of Social Psychology y otro de 2011 del Journal of Happiness Studies sugieren que llevar a cabo pequeños gestos amables hacia otras personas puede surtir un efecto positivo en el humor de la persona que los hace.
Sal con ellos / Hay dos razones por las que puedes decidir pasar más tiempo con un compañero de trabajo que te trae por la calle de la amargura. Una de ellas forma parte de la estrategia de desarmarle con simpatía. La otra es que quizás le pase algo de lo que no tienes ni idea.
Si sus quejas son debidas a otra persona, especialmente un superior, probablemente sea mejor que te mantengas al margen de cotilleos. Jane Sunley, fundadora y directora general de HR consultancy Purple Cubed, ha hablado con Fast Company sobre los peligros potenciales de involucrarse en los problemas personales que surgen en el trabajo: «Quizás algunas personas te sigan el juego, pero eso te puede apartar del resto».
Escúchalos / Cuando alguien con quien sueles discrepar empieza a hablar, es complicado bajarle el volumen a esa voz interior de tu cabeza que corea «bla bla bla» por encima de todas sus palabras. Sin embargo, una forma más efectiva de salvar la situación puede ser simplemente dejarle hablar.
Chris Voss, ex negociador de secuestros del FBI, sugiere que escuches atentamente cuando hablen y que después les repitas sus palabras hasta que digan algo como «eso es», que es muy distinto de un simple «ya». La diferencia entre ambas formas, según Chris Voss, es que la primera es una señal de comprensión y la segunda, una forma de salir del paso y acabar la conversación. Imagínate: «Vale, vale, ya, lo que sea…».
Respira hondo, cuenta hasta 10 y repite / En su libro Cómo tener un buen día, Caroline Webb, directora general de la consultora de psicología laboral Sevenshift, aconseja que las personas que quieran introducir más positividad en sus rutinas empiecen estableciendo sus objetivos: «¿Adónde quiero llegar? ¿Qué actitud tengo?». «Saber reconocer que eres una persona gruñona te permite darte cuenta de cómo puede afectarte y te recuerda qué es lo que de verdad importa», explica Caroline Webb. Respira hondo cinco, diez o las veces que necesites para recobrar el control de tu mente.
Aborden el problema / Estudios previos han demostrado que decir cosas positivas a los compañeros de trabajo sirve para crear un ambiente laboral más cómodo y efectivo para todo el mundo. Si trabajas con una persona de difícil trato, en especial si de alguna forma afecta a tus tareas, hablenlo en privado. Queden en su tiempo libre y traten el tema. Escucha sus problemas e intenta encontrar alguna forma de reconocer el buen trabajo que hace.
Pon el ejemplo / Si en tu trabajo reina una cultura empresarial tóxica plagada de sarcasmo, comentarios mordaces y una guerra sin cuartel por correo electrónico, lo difícil es no involucrarse. ¿Qué puede aportar una gota de amabilidad en un mar de absurdos despropósitos? A veces, mucho más de lo que puede parecer. A principios de año, Christine Porath, profesora asociada en la Universidad de Georgetown, comentó en declaraciones al medio Mercury News el perjuicio acumulativo de la falta de cortesía en el trabajo.
en un plan de escape / Un estudio publicado en la revista Emotion mostró que unos 12 minutos de movimiento pueden «ayudar a aliviar las emociones negativas» y frenar los efectos del aburrimiento y de la tensión. «Otros factores como el buen tiempo o tener alguien con quien pasear ni siquiera son imprescindibles para que una pequeña caminata haga milagros», indica el estudio. Ya sabes, date un respiro. Tómate cinco minutos para ir al baño, estirar las piernas, beber un poco de agua o salir afuera si puedes. La distancia puede hacer que la situación se vea más simple.