Amazon llega a un acuerdo con la Unión Europea en tres investigaciones antimonopolio tras responder a las preocupaciones del bloque sobre su uso de los datos de los vendedores, evitando una multa de hasta el 10% de su facturación mundial.
En el primer caso, se acusa a Amazon de utilizar su tamaño, poder y datos para impulsar sus propios productos y obtener una ventaja desleal sobre los competidores que también utilizan su plataforma. La empresa ha acordado no utilizar los datos de los vendedores para su propio negocio minorista competidor y sus productos de marca blanca.
En el segundo caso, relativo a la igualdad de trato de los vendedores a la hora de clasificar sus ofertas para el «buzón de compra» del sitio web de Amazon, que genera la mayoría de las ventas, Amazon ha acordado crear un segundo buzón de compra en un lugar destacado para un producto de la competencia si difiere sustancialmente en precio y entrega del producto del primer buzón.
En el tercer caso, Amazon acuerda permitir a los vendedores Prime elegir sus propios servicios logísticos y de entrega distintos de los aprobados por Amazon.