Jennifer Lopez no logró la nominación a Mejor actriz de reparto para los Óscar 2020 como muchos pensaríamos sucediera. Sin embargo, la omisión no minimiza el arduo esfuerzo que le tomó encarnar a una bailarina con habilidades muy específicas en Hustlers (Estafadoras de Wall Street). Para darnos una idea, la coreógrafa Johanna Sapakie recientemente comentó cómo fue ese proceso de seis meses para que JLo dominara el pole-dance.
Ha sido Sapakie la encargada de preparar a la actriz neoyorquina para que se familiarizara con los movimientos en barra que fusionan el baile y la acrobacia. A fin de cuentas, semejante talento era prioritario en Ramona (el personaje que interpreta JLo); líder de una banda criminal con innegables poderes de seducción.
Sobre el proceso de preparación, Sapakie confiesa que (desde un inicio) ella era consciente que su pupila era una mujer muy ocupada y que debía viajar mucho. Por ende, «terminamos instalando postes portátiles en Miami, Los Ángeles y Nueva York, por lo que en cualquier ciudad en la que [JLo] estuviera, si tenía un momento para entrenar, nosotros [el equipo de entrenamiento] volaríamos allá y estaríamos disponibles para ella».
Por otro lado, reconoce que JLo asumió una mentalidad que le hacía desestimar las heridas o golpes que pudieran surgir en la práctica del pole-dance. «Los llamábamos afectuosamente ‘besos de poste’», dice Sapakie.
Finalmente, también fue necesario contrarrestar la ansiedad que pudiera a generarle a Jennifer Lopez los movimientos invertidos, es decir, aquellos que se hacían cabeza abajo. «Estar al revés puede ser muy desorientador porque pierdes la noción de dónde estás en el espacio», explica la coreógrafa.