Varias productoras audiovisuales se encuentran inmersas en un debate de relevancia crucial sobre el papel de la inteligencia artificial (IA) en el sector. En una conferencia celebrada en Madrid durante el festival Iberseries & Platino Industria, representantes de estas empresas compartieron sus experiencias y perspectivas.
Algunas productoras ya han incorporado la IA en sus procesos, utilizando esta tecnología para tareas como la clasificación, restauración y subtitulación de obras. Sin embargo, es importante destacar que todas ellas coinciden en un punto fundamental: la IA no reemplazará el talento humano en la industria audiovisual.
Alexandra Falla, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, subrayó que las herramientas de inteligencia artificial se utilizan principalmente en procesos técnicos de digitalización. La IA agiliza estas tareas de manera sistemática y eficiente, pero siempre respaldada por la supervisión humana, especialmente en aspectos críticos como la colorización automática de material de archivo.
Santiago Yuste, director de Tecnología y Sistemas de Información de Secuoya, compartió cómo su empresa utiliza la IA para acelerar la gestión de guiones y la redacción automática de contratos. Esto permite que los profesionales se enfoquen en tareas más creativas y estratégicas en lugar de tareas tediosas.
Sin embargo, también se expresaron preocupaciones sobre el uso ético de la IA en la industria audiovisual. Mayte Hidalgo, responsable de Data e IA del Grupo Mediapro, enfatizó la importancia de que las compañías asuman la responsabilidad de comportarse éticamente en el uso de esta tecnología. Más allá de los beneficios evidentes, el debate sobre la IA en la industria audiovisual se centra en definir un código de valores sólido y claro que guíe su implementación de manera ética y responsable.
La IA se presenta como una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia y la creatividad en la industria audiovisual, pero su implementación debe ir de la mano del talento humano y de un compromiso ético por parte de las empresas. La clave está en encontrar el equilibrio adecuado entre la automatización y la supervisión humana para aprovechar al máximo las ventajas que ofrece esta tecnología.