Una de las tentaciones en las que cayó el gobierno de México es la de manipular los indicadores macroeconómicos para crear una visión de avance social donde en realidad existe un retroceso. Dos ejemplos son los datos relativos a la reducción de la pobreza y a la creación de empleos.
El Coneval en el 2015 dio a conocer que en los dos primeros años del actual gobierno, 2013 y 2014, aumentó en dos millones el número de pobres. Esa cifra dejó en evidencia el fracaso de los programas para combatir la pobreza, a pesar de gastar 22% más.
En 2017, el Coneval presentó datos sobre los avances del combate a la pobreza en 2015 y 2016, con base en una nueva metodología del Inegi, que cambió las formas de medir la pobreza y desapareció a los dos millones de pobres. En esos años el aumento de los precios, mayores que los planeados, vaticinaba un aumento del número de pobres, pero por arte de magia, mediante manipulación de cifras, los desaparecieron.
Empleos
En cuanto a los empleos formales, presume el gobierno de duplicar su generación en relación con los creados en el gobierno anterior. Difícil que suceda si aumentaron impuestos, la inflación será en 2017 casi el doble a la heredada en 2012 y el crecimiento más bajo, a pesar de un mayor crecimiento en Estados Unidos. Más que una creación récord de nuevos empleos en el actual sexenio, hubo una migración de empleos del sector informal al formal, debido a las nuevas reglamentaciones y presiones fiscales.
Ciento diez mil pequeñas empresas, entre ellas Repecos, se dieron de alta en el SAT y sus trabajadores en el IMSS. De 2012 a 2016, un millón trecientos cuarenta y cinco mil personas físicas aumentaron las filas del SAT, 71% más, por la dificultad de deducir facturas en el gobierno y en las empresas formales.
Con la alta inflación desapareció más de un millón de empleos bien pagados en el país, pero surgieron millones de “nuevos” empleos formales con menores salarios, la mayoría de los cuales ya existían en el sector informal. La presión fiscal y la inflación, impulsada en parte por el alza de gasolinas y de la luz, disminuyeron salarios reales, poder de compra, de millones de mexicanos, con el fin de dar más recursos a un gobierno que el único récord que ha tenido es en desvíos en el gasto del dinero proveniente de los impuestos.