El chocolate enamora, de eso no hay la menor duda, tanto por su sabor como por sus atributos afrodisíacos o por la gran ayuda que aporta al organismo.
Cada 14 de febrero, el chocolate se ha convertido en el regalo ideal, ya sea que se compre en variedad de formas empacadas con moños rojos o como ingrediente de un pastel, brownies y galletas, sin olvidar las fresas cubiertas armoniosamente en él.
Está comprobado que su consumo produce placer porque contiene feniletilamina, que pertenece al grupo de las endorfinas, cafeína, triptófano y anandamina, que producen placer y elevan el estado de ánimo, de ahí que se considere al chocolate como un gran antidepresivo.
Sobre todo porque por contener magnesio propicia la reducción del cansancio y la fatiga crónica.
Por ello era el ingrediente que adoraban los reyes, pero no sólo de los europeos que quedaron maravillados con su sabor y atributos, sino también de los mexicanos como Moctezuma, quien tomaba varias tazas de chocolate antes de visitar a sus amantes.
En las cortes europeas también se sirvió mucho, principalmente en las reuniones que las hijas de los reyes sostenían con sus enamorados.
Era su cupido perfecto. Hoy tú también regala chocolate, pero ofreciéndolo en combinación con la llamada fruta del corazón: la fresa.
GUARDA LA RECETA FRESAS CON CHOCOLATE
Chispas de chocolate de colores
Diferentes duyas
Fresas frescas
Preparación: Desinfectar las fresas y conservar sus tallos. Colocar en un paño seco y frotar con cuidado para secar.
Derretir el chocolate en el micro, separando los colores en distintos tazones.
Retirar cuando se vean aún algunas chispas enteras para evitar que se queme; mezclar bien.
Sumergir las fresas en el color que hayas elegido como fondo.
Colocar sobre una bandeja con papel encerado y dejar secar.
Decorar con líneas de chocolate de otros tonos.