En la recta final de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por evitar los vuelos comerciales y ha comenzado a utilizar los jets de las Fuerzas Armadas para sus desplazamientos por el país.
Según fuentes de la ayudantía presidencial, López Obrador ya no se siente cómodo viajando en aviones comerciales, que solía utilizar, y ha optado por los jets Grumman de la Sedena o de la Marina. Estos aviones privados de alto rendimiento son conocidos como los «Rolls-Royce de la aviación ejecutiva».
El presidente ha tomado esta decisión debido a los reproches y cánticos en su contra que ha experimentado en sus últimos vuelos comerciales. La brecha entre el Gobierno y el público de clase media que utiliza estos vuelos se ha vuelto evidente, y el mandatario prefiere evitar situaciones incómodas y el posible registro de estas escenas en redes sociales.
El uso de jets militares también brinda mayor secretismo en los desplazamientos presidenciales durante los fines de semana, ya que las bitácoras de vuelo son confidenciales. Además, esta flexibilidad en cuanto a la austeridad se ha extendido al gabinete, donde algunos secretarios de estado ahora se desplazan en helicóptero por la Ciudad de México, algo que antes estaba prohibido. Incluso el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ha estado utilizando jets privados para recorrer el país.
Con esta nueva estrategia de transporte, el presidente López Obrador busca evitar críticas y reproches del público general, manteniendo un perfil más reservado en sus desplazamientos. Aunque sigue contando con el apoyo de la mayoría según las encuestas, busca evitar dar material para campañas políticas en las próximas elecciones cruciales que definirán la sucesión presidencial.