Esta nota informativa fue generada por el portal ‘El Economista’
Felipe Calderón Hinojosa está en la promoción de su libro Decisiones Difíciles. La entrevista es telefónica y acordamos enfocarnos en las decisiones económicas de su Presidencia. Temas no faltan, pero nos concentramos en algunos de los más emblemáticos. Las relaciones con empresarios, «todo el tiempo había tensión y yo estaba muy consciente de ello»; la quiebra de Mexicana, «me culpan de la quiebra, pero la apoyamos hasta donde se pudo»; la tensión entre Presidencia y Hacienda «había cosas que no estaban alineadas a las prioridades del Gobierno Federal»; el toma y da con los gobernadores, incluyendo el caso Moreira, «Yo nunca lo perdoné, pero pasaron cosas raras al final del sexenio en la PGR»; la reforma frustrada de Pemex «el sindicato es un factor que obstaculiza» y el manejo de la crisis del 2009, «debimos asignar mas recursos a gasto social». Reflexiona también, con duras palabras sobre los meses finales de su sexenio, «como en el cuento de la Cenicienta, la carroza se volvió calabaza y los conductores se convirtieron en ratones…algunos no todos».
—Expresidente, ¿cómo eran sus relaciones con los empresarios?
—Yo no tenía la fuerza política que tiene el presidente actual. No tenía el poder presidencial para forzar a las empresas a renunciar a sus estrategias legales para contestar al fisco.
—Hablando de empresarios, ¿cuáles relaciones eran más complicadas?
—Sin duda, las más delicadas eran las relaciones con los propietarios de los medios de comunicación electrónicos y de telecomunicaciones. Con el ingeniero Slim era una relación respetuosa, pero complicada. Las decisiones de la Cofetel eran contestadas con la estrategia jurídica de sus empresas… Todo el tiempo había tensión y yo estaba muy consciente de eso. Hay que recordar que no tenía mayoría en el Congreso. Eso implicaba negociar y llevar con mucho cuidado estas relaciones.
—¿Cómo se decide la quiebra de Mexicana?
—Se dice que Mexicana no fue apoyada por el gobierno, eso es falso. Me culpan de la quiebra, pero tuvo apoyo hasta donde se pudo. Con la crisis del 2009, agravada por lo del A1HN1 se vino abajo el turismo. Mexicana empezó a tener graves problemas, sobre todo de liquidez. En 2009, le dimos un crédito de Bancomext de 1,800 millones de pesos, que garantizó con los únicos aviones que tenía, 8 o 9 aviones. Sin esos apoyos, la quiebra se hubiera presentado uno o dos años antes. El año de la quiebra, no había nada que garantizara un préstamo, no había flujos, no había empresa. Apoyarlos hubiera significado un daño patrimonial a las finanzas públicas. La situación se agravó con las exigencias de otros acreedores. En algún momento estaba la idea de Juan Molinar (secretario de SCT) de que Mexicana siguiera con su línea de bajo costo, que era Click y eso le podría dar tiempo de negociar. Todo se precipita cuando Banorte, por su estrategia legal, toma el control de la caja de Mexicana y Click, esto paraliza las actividades y detona la quiebra. Se hizo todo lo que se pudo, mientras se pudo, pero me culpan de la quiebra. Esto me lleva a una frase de Carlos Castillo Peraza “ninguna cosa buena que hagas quedará impune”.
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