Te advierto que esta no es una nota motivacional ¡es una bofetada a la cara para hacerte actuar! Y es que ser exitosos conlleva un largo recorrido lleno de aprendizaje en base a la prueba y error, de acciones, inversiones, métodos y demás procesos que aquellas personas que ya lograron sus metas te lo podrán decir; el éxito no llega de la noche a la mañana, llega después de mucho esfuerzo y trabajo ¡pero esta no es una razón para desanimarte!
Muchas preguntas seguramente te deben estar surgiendo ¿hay una fórmula básica para el éxito? ¿es necesario trazar metas? ¿Si mi única meta es ser exitoso? Y todo lo que he hecho ¿habrá sido tiempo perdido si no fue enfocado al éxito? Y la más importante de todas ¿cómo puedo ser un emprendedor? ¡tenemos respuestas! Pero primero es necesario que, como las personas que acuden por primera vez a doble A decir “hola, soy (tu nombre) y quiero ser emprendedor”.
Primero entendamos que se denomina emprendedor a aquella persona que identifica una oportunidad y organiza los recursos necesarios para llevarla a cabo.
“En la etimología de la palabra se encuentra la voz latina prendĕre que significa literalmente coger o tomar”.
Así que el primer paso es buscar la oportunidad ¿cómo lo hago? Basado en las necesidades del entorno que te rodea ¡pon atención! Ya que camino a la escuela, al trabajo o a cualquier tipo de salida se puede presentar este tipo de casos.
Lleva contigo una libreta y anota todas esas ideas que se te ocurren mientras te trasladas en tu día a día, te darás cuenta que en todo momento estamos pensando en las soluciones que le podríamos dar a cualquier tipo de situaciones.
¿Pero y si no se me ocurre nada?
Según la forma de ser que tenga cada una de las personas que emprenden un proyecto o negocio, y las funciones que desarrolle en la empresa, podemos encontrar diferentes tipos de emprendedores. Cada una de ellos posee una visión empresarial y aportan distintas cosas a su organización para que funciones perfectamente.
Así que ¡júntate con gente emprendedora! Ya que te ayudarán a visualizar el panorama, a desarrollar los proyectos y, conociendo su trabajo, será más fácil identificar en qué podrías trabajar y a evitar todos los miedos que el iniciar un proyecto conlleva.
Pero ¿tengo que renunciar a lo que actualmente hago?
No necesariamente, puedes dedicarle de dos a tres horas a tus actividades de emprendedor después del trabajo, lo importante es primero desarrollar aquel que haya sido el proyecto que emprenderías y una vez localizado ¡generar tus mesas a corto y largo plazo! De esta manera podrás encaminar el proyecto en base a tus metas y comenzar a aprender de tu proyecto.
Por último, no olvides consideras los siguientes consejos:
El fracaso es un camino hacia el éxito. Un fracaso no debe desanimarte. Debes aprender de tus errores.
– La comunicación es importante: Debemos saber expresar nuestras ideas con claridad y además saber escuchar para que nuestro proyecto crezca.
– Saber reconocer nuestras fortalezas y debilidades, para potenciar las primeras y saber solucionar las segundas para reconducirlas.
– Ser osado: A veces es necesario tomar riesgos y aventurarse a tomar caminos desconocidos para encontrar ideas innovadoras.
– Ser creativo y original: Son dos componentes básicos en la mente de un emprendedor.
Y ahora si ¡no esperes más y comienza a emprender!