El universo sigue sorprendiéndonos con sus maravillas, y esta vez, la NASA ha sido testigo de un espectáculo cósmico sin precedentes. Un equipo internacional de astrónomos ha observado el deslumbrante resultado de la colisión de dos planetas de hielo en el espacio exterior, generando un resplandor que ha dejado a los científicos maravillados.
Esta impactante colisión tuvo lugar mientras estos dos planetas de hielo orbitaban alrededor de una estrella similar al sol. El choque generó un destello de luz y una nube de polvo que, según un estudio publicado en la revista Nature, fue documentado por el equipo de investigadores.
Los resultados de este estudio, liderado por la Universidad de Leiden en Holanda, revelan el impresionante resplandor de calor y la nube de polvo que se desplazó frente a la estrella madre, oscureciéndola con el tiempo. El hallazgo inicial que llevó a este asombroso descubrimiento provino de un entusiasta aficionado a la astronomía, quien observó una peculiar curva de luz en la estrella en cuestión. Este sistema duplicó su brillo en longitudes de onda infrarrojas tres años antes de que la estrella comenzara a desvanecerse en luz visible.
Esta observación inusual intrigó a los expertos, quienes comenzaron a monitorearla con una red de telescopios. Matthew Kenworthy, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Leiden, comentó que esta observación generó sorpresa y dio inicio a una investigación profunda.
Un grupo de astrónomos, compuesto por profesionales y aficionados, continuó estudiando la estrella, identificada como ASASSN-21qj, durante los dos años siguientes. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la explicación «más probable» para el fenómeno era una colisión entre dos exoplanetas gigantes de hielo, la cual produjo el brillo infrarrojo detectado por la misión NEOWISE de la NASA. Esta misión utiliza un telescopio espacial para rastrear asteroides y cometas.
Los cálculos y modelos computarizados respaldan la teoría de la colisión, indicando que el tamaño y la temperatura del material brillante, junto con la duración del resplandor, son consistentes con una colisión entre dos exoplanetas gigantes de hielo. Simon Lock, otro de los autores del estudio y miembro de la Universidad de Bristol, explicó que la nube de escombros resultante del impacto se desplazó frente a la estrella aproximadamente tres años después, lo que resultó en una disminución del brillo en longitudes de onda visibles.
Este fascinante evento cósmico sigue siendo objeto de estudio, y se espera que en los próximos años la nube de polvo se dispersará a lo largo de la órbita del remanente de la colisión. Los astrónomos aguardan con expectación la oportunidad de detectar este fenómeno tanto con telescopios terrestres como con el telescopio espacial James Webb. Sin duda, este descubrimiento arroja nueva luz sobre los procesos y eventos que ocurren en el vasto universo que nos rodea.