Beyoncé realizó su primera actuación en cinco años abriendo un hotel de mil y una noches en Dubai, cobrando 26 millones por el espectáculo.
A pesar de una estricta política de prohibición de teléfonos en el concierto exclusivo con capacidad para 1500 personas, las fotos del espectáculo inundaron Internet.
Muchos fans no estaban contentos porque Dubai tiene leyes estrictas contra las relaciones entre personas del mismo sexo y muchos críticos advirtieron que Beyoncé no tenía por qué aceptar dinero de un régimen absolutista.
La periodista musical Abigail Firth comentó esta situación afirmando que Beyoncé está «en deuda con la cultura LGBT» y la gente se siente traicionada por su decisión de actuar en una zona con leyes opresivas hacia los homosexuales.