Dicen que la felicidad por un nuevo trabajo solo dura dos meses y es normal desencantarte después de un tiempo. Pero, como en cualquier relación, en el terreno laboral también es posible recuperar la chispa y volver a enamorarte.
Entrar a nuevo empleo es muy parecido a iniciar un romance apasionado. Al principio estamos llenos de ilusión, esperanza y hasta mariposas en el estómago. Pero si las cosas no son como creíamos, ese enamoramiento se transforma en indiferencia, enojo y frustración.
Puede ser porque nos sentimos poco valorados, no vemos oportunidades de crecimiento o pensamos que estamos perdiendo el tiempo haciendo algo que no nos da felicidad.
La buena noticia es que tú puedes darle vuelta al problema y volver a disfrutar tu trabajo.
Checa estos tips:
- Recuerda por qué estás ahí / ¿Qué te atrajo en un principio de ese empleo? Quizá fue porque harías algo que te gusta, podrías demostrar tus talentos y era un reto. También puede ser por las razones más simples y banales: necesitas dinero para vivir o esa empresa se verá hermosa en tu CV.
Concéntrate en esa razón cada vez que te sientas desmotivada, pues te dará una idea de lo que necesitas cambiar para disfrutarlo de nuevo, o por lo menos le verás más sentido a quedarte ahí.
- Ubica qué está fallando / Toma conciencia de los aspectos que te están desmotivando. ¿El proyecto ya no te gusta? ¿Estás inconforme con cómo se trabaja? ¿Es el ambiente que hay en la oficina? ¿Es la relación con tu jefe?
Identifica lo que te hace sentir cansada o frustrada, así sabrás qué medidas tomar para remediar esa situación.
- Dile a tu jefe cómo te sientes / Por lo general, el último en enterarse de la insatisfacción de los empleados es el jefe. A veces una conversación sincera con tu superior puede arreglar las cosas, según cómo plantees tus puntos.
Si bien debes ser honesta, no cruces los límites del respeto y no dejes que la furia te domine. Trata de mantenerte calmada y profesional para exponer tu situación que juntos encuentren una solución.
- Arriésgate a cambiar la rutina / Los pequeños detalles hacen una gran diferencia y pueden devolverte la felicidad laboral. No necesitas enloquecer como el protagonista de ‘El Club de la pelea’, pero bien puedes darle un giro a tus días.
Por ejemplo, la hora de la comida es perfecta para empezar. En vez de sentarte en el comedor y engullir cualquier cosa, sal a comer algo nuevo, da un paseo o solo acomódate en un parque o jardinera y mira algo que no sean las paredes de tu oficina.