El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofrece su habitual conferencia de prensa matutina en el antiguo hangar presidencial, ahora Base Aérea Militar No. 19, con al avión presidencial de fondo, que regresó al país la semana pasada, luego de permanecer más de un año en California, Estados Unidos.
El mandatario mexicano calificó al avión presidencial como “monumental, faraónico, un insulto al pueblo de México habiendo tanta necesidad y pobreza”.
“El propósito de hacer esta rueda de prensa con el avión de fondo es para dar a conocer al pueblo de México cómo se mal gobernaba al país, de como habían lujos en el gobierno durante todo el periodo neoliberal, se le daba la espalda al pueblo, sobre todo a la gente humilde, pobre y los altos funcionarios vivían colmados de privilegios, de atenciones. Era un gobierno de ricos para ricos. con un pueblo pobre. Esa fue la forma de gobierno durante el periodo neoliberal, ese fue el distintivo”, indicó el presidente mexicano.
López Obrador aún guarda esperanzas de sacar rédito de la aventura. “Hay una oferta de compra, a ver si se concreta la venta”, adelantó en mayo. Este miércoles añadió que “el compromiso de la compra sigue. No se ha caído, ya incluso hubo una aportación de un anticipo”, sin dar muchos más detalles. Ha sido el director general del Banco Nacional de Obras y Servicios Público (Banobras), Jorge Mendoza, quién concretó que la oferta es de 120 millones de dólares, a medias entre efectivo e inversión en equipo médico. López Obrador aseguró este jueves que existe otra oferta solo en efectivo.
En paralelo, el Gobierno ha confirmado la celebración del sorteo planeado para el 15 de septiembre. Desde la dirección de la Lotería Nacional reconocen que apenas se han vendido un cuarto de los boletos -algo más de 30 millones de dólares- pero que, sin embargo, se repartirán premios por valor de 90 millones de dólares. No parece que vaya a ser mucho lo que se recupere de los 218 millones de dólares que se pagaron por un Boeing de lujo hecho a medida: de los 242 pasajeros que admite ese modelo, dejaron espacio para 80 personas, cuenta con una habitación especial para el descanso del mandatario, así como con servicio de Internet, comunicación satelital y sistemas antiespionaje.
De momento, lo único seguro es que se concrete o no la venta, López Obrador seguirá desplazándose en sus viajes oficiales -pocos fuera de México- por medio de aviones comerciales, seguirá saludando a los pasajeros que se encuentre por los pasillos y seguirá subiendo fotos a sus redes sociales como uno de los pilares de su política de gestos.