La semana pasada, mientras todos estaban en las capacitaciones obligatorias, sucedió lo de la tragedia del terremoto. Entonces decidí hacer una coperacha entre los de la oficina para que donáramos porque es que estuvo bien feo, y tenemos que cooperar.
Y Todos donamos, el de las copias, la doñita del aseo, la güera de recepción y hasta el Lic. Es más, Arturo, el de sistemas vió en el face que hasta unos narcos también donaron. Bien buenos ellos, les regalaron despensa, cobijas, y ropa a todas las víctimas, bien lindos.
Mucho más lindos que esos políticos que salieron en las noticias robándose las ayudas que con tanto sacrificio mandamos nosotros.
¡Me dueles México!
Pero bueno, lo que les quería contar es que el martes, mientras el lic. estaba en una junta importantísima, yo andaba informándome en el twitter, porque es muy importante que una esté bien actualizada.
Cuando empiezo a leer lo del colegio Rébsamen, que siempre si la rectora tuvo la culpa por estar de presumida, construyó sobre el colegio un departamento de mármol y hierro en la terraza y la procuraduría recibió denuncias, de que unos documentos que pasó la rectora ¡Eran Falsos! y por 7 meses simplemente «olvidó el tema» y ¡qué creen! se acordó 6 días después de la tragedia, y eso porque se murieron 26 niñitos.
Y luego, salió una entrevista con una doñita que trabajaba ahí en el colegio diciendo que los niños no tenían para dónde correr, que eso estaba mal construido, que ella se acordaba bien de cómo era el colegio y que era imposible escapar. Que la rectora no era mala, solo corrupta pero no era mala. <
Lo que les quiero dejar con esta reflexión es que no se puede construir un país sobre las cenizas de la corrupción, las cosas no pasan porque sí; no podemos reconstruir a México siendo un país tan corrupto.
Los dejo porque el lic. me llama.
María,
Recursos Humanos.