Desde su detención en el aeropuerto de Moscú a finales de febrero por posesión de botes de aceite de cannabis para vapear, se desconoce el paradero y el estado de salud de la jugadora de baloncesto estadounidense Brittney Griner.
Griner fue condenada a nueve años en la colonia penal femenina IK-2 de Mordovia (Rusia) en agosto y su traslado a esa prisión se hizo en secreto. La colonia penal IK-2 es notoriamente racista y homofóbica, por lo que el destino de Griner es una incógnita.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dejó claro que la posición oficial del gobierno de Biden es que «Rusia está deteniendo a Brittney por error» y que asegurar su liberación es su prioridad; sin embargo, Rusia parece estar encantada de tener a Griner encarcelada.
La Asociación Nacional de Baloncesto Femenino (WNBA) y la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) han intensificado las manifestaciones a favor del regreso de Griner y el ex presidente estadounidense Donald Trump ha insultado a Grinter junto a sus seguidores.