Durante los primeros ocho meses del año, la tasa de desocupación promedio fue 3.4% de la población económicamente activa del país, la cifra más baja de la que se tenga registro para un periodo similar desde 2005, cuando inició la serie unificada con que cuenta el Inegi.
Por género, la disminución de los niveles de desocupación han favorecido más a los hombres que a las mujeres. Mientras que en el primer caso la desocupación promedió 3.3%, en el segundo se ubicó en 3.6% en el periodo señalado.
Esta reducción de la desocupación en el país, se ha visto favorecida por el dinamismo de la generación de empleos en el sector formal de la economía, durante la presente administración, de acuerdo con el incremento del número de trabajadores afiliados al IMSS.
De enero a agosto del presente año, la cantidad de trabajadores registrados al instituto sumaron de 676 mil 241 plazas, el mejor crecimiento reportado desde que se tenga registro en periodos iguales, 63% más que el aumento reportado en el mismo periodo de los 10 años previos.
De las 32 entidades del país, 12 promedian niveles históricos mínimos en sus niveles de desocupación de enero a agosto de 2017, entre las que destacan: Morelos, con una tasa promedio de 1.7%; Yucatán, con 2.1%; San Luis Potosí, con 2.3%; Puebla, con 2.7%, y Zacatecas y Jalisco, con una tasa de 2.8% cada uno.La excepción fue Campeche, que en los primeros ocho meses del año promedió una tasa de desocupación de 3.9%, la cifra más alta para dicho periodo de la que se tenga registro, producto de la crisis que registra la producción petrolera en la región, lo que ha incidido de manera directa o indirecta en la pérdida de empleos. Hasta agosto se eliminaron 2 mil 401 puestos formales en esta entidad.
Por lo que se refiere al comportamiento de otros indicadores del mercado laboral del país, destaca la tasa de subocupación, referida al porcentaje de la población ocupada que tiene necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda, que en los primeros ocho meses del año ascendió a 7%, también la tasa más baja registrada para ese periodo desde 2005 cuando inicia la serie unificada.
Asimismo sucede con la tasa de informalidad laboral, que promedió 56.9% de la población ocupada hasta agosto de 2017, ubicándose en el nivel más bajo de los últimos 12 años para este lapso.
La tasa de informalidad laboral se refiere la proporción de la población ocupada que es laboralmente vulnerable por la naturaleza de la unidad económica para la que trabaja, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo.
Por su parte, la proporción de la población ocupada directamente en unidades económicas establecidas de manera informal, es decir, la tasa de ocupación en el sector informal, representó 26.9% en los primeros ocho meses del año, también ubicándose en un mínimo para ese lapso desde 2005.
La perspectiva para lo que resta del año puede mantenerse en terreno positivo, aunque no es tan favorable como lo fue el primer semestre del año.