Georgina Sosa Moreno, egresada de la UDLAP en la carrera de Licenciatura en Danza y actualmente es coordinadora de terapias artístico-creativas del Instituto Transdisciplinario en Rehabilitación (ITR) del Centro Mexicano Universitario de Ciencias y Humanidades, habló sobre un tema que ha sido una de sus pasiones a lo largo de los años de estudio en la UDLAP.
Ella comenta de la danzaterapia que, “es un método que se basa en el uso psicoterapéutico de la danza para ayudar a la formación integral del individuo, abarcando aspectos cognitivos, sociales y físicos”.
En caso de que la persona sufra de una patología, la danzaterapia funciona como un complemento a otras terapias, ya que mejora el proceso cognitivo y salud física y mental, “si a la persona le gusta mucho la parte de la danza y el movimiento, la danzaterapia es una buena alternativa para que lo integre en su vida ya que sus sesiones pueden otorgar beneficios emocionales o físicos para poder sanar heridas emocionales o para mantenerse físicamente activos”.
“La danzaterapia se enfoca mucho en la ayuda emocional a través de la conciencia corporal y el movimiento, y se utiliza en pedagogía con niños o jóvenes, en mujeres maltratadas o en cárceles, y para personas con discapacidad o alguna enfermedad mental”. Por lo que comenta sus beneficios abarcan un desarrollo integral de la persona, es un método que como objetivo tiene el cuidado físico y emocional.
A Georgina le gusta la danzaterapia desde sus años en la UDLAP, en donde gracias a su excelencia académica obtuvo una beca durante sus estudios, “desde que estaba en la Universidad de las Américas Puebla empecé con un acercamiento hacia lo que es la danzaterapia, específicamente a la técnica de danceability. Uno de mis primeros trabajos cuando egresé de la universidad fue en el ITR, en donde trabajo actualmente y me desempeño como coordinadora de terapias artístico-creativas, que es un área que se encarga de llevar todo lo que tiene que ver a la terapia con arte; ahí empecé a dar algunos talleres de danzaterapia dirigido a jóvenes y al mismo tiempo inicié como voluntaria en CRIT Puebla”.