El proceso que se conoce como burbuja económica, también llamada burbuja especulativa, burbuja de mercado o burbuja financiera, sucede cuando el precio de un activo, como por ejemplo las acciones de una compañía o de un producto, pisos, fincas, inmuebles, etc, sube de forma desproporcionada y anormalmente prolongada durante cierto periodo de tiempo, debido a un aumento en las ventas que dispara su valor. Entonces, una ola de nuevos compradores se suma a la marea con el fin de vender más tarde a un precio mayor y obtener enormes beneficios.
Cuando el importe de esas acciones o bienes alcanza cotas prohibitivas, es decir cuando el precio de los productos que han sido objeto de especulación se alejan completamente del valor real producto, toda la carpa que lo cubre salta por los aires (lo que en inglés se conoce como crack). Cuando esto sucede, se produce una caída repentina y brusca de los precios, que pasan de costar cifras disparatadas a descender a niveles muy bajos, incluso inferiores a su valor natural, lo cual deja tras de sí una marea de deudas y de especuladores arruinados. Esto se conoce como crash.
El problema es que este crash con el que finaliza la burbuja económica puede destruir gran parte de la riqueza de un país, muchos puestos de trabajo y crear un malestar continuado entre la población, que pierde poder adquisitivo y calidad de vida. Así sucedió en Holanda en el siglo XVII con lo que se llamó tulipomanía (se produjo una gran especulación con los bulbos de tulipán, que alcanzaron precios desorbitados), la Gran Depresión de los años 30 en Estados Unidos y la burbuja inmobiliaria en Japón en los años 80.
¿interesante no?