El fenómeno del «karoshi» cobra otra víctima en Japón, donde un médico de 26 años, Takashima Shingo, se quitó la vida tras trabajar más de 200 horas extra en un mes.
El país asiático Japón enfrenta una dolorosa realidad con el reciente suicidio del médico Takashima Shingo, de 26 años, quien se quitó la vida después de haber trabajado exhaustivamente durante más de 200 horas extraordinarias en tan solo un mes. Este trágico suceso, que encaja con el término japonés «karoshi» o «muerte por exceso de trabajo», destaca la preocupante cultura laboral en Japón.
En una emotiva conferencia de prensa, la madre de Takashima compartió que su hijo expresaba su angustia al decir: «Nadie me cuida». La madre considera que el entorno laboral llevó a su hijo a un límite insostenible, y lamenta que esta situación haya provocado que Takashima no pueda cumplir su sueño de ser un médico amable y contribuir a la sociedad.
El joven médico trabajaba como residente en un hospital de la ciudad de Kobe y, según informes, no había tenido un día libre en tres meses antes de su trágico fallecimiento en mayo. Aunque el hospital negó las acusaciones, el organismo gubernamental de inspección laboral dictaminó que su muerte fue un incidente laboral debido a las largas jornadas de trabajo a las que estaba sometido, evidenciando la presión que sufren los trabajadores de la salud en el país.
La persistente cultura del exceso de trabajo en Japón, conocida como «karoshi», ha llevado al gobierno a implementar medidas para prevenir las muertes y lesiones por trabajo excesivo. La triste historia de Takashima Shingo es un recordatorio de la importancia de abordar esta problemática y promover ambientes laborales más saludables y equilibrados.