Todos en algún punto soñamos con trabajar desde casa, manejar nuestros horarios, estar en pijama todo el día…
Pero… ¿Es esto realmente bueno?
No me considero un experto pero puedo compartirles mi experiencia luego de trabajar 7 meses de manera 100% remota desde mi casa, pero antes quiero darles un poco de background de mi home office.
Empecé a trabajar en oficinas hace 5 años aproximadamente, antes siempre trabajé por mi cuenta entonces ir a la oficina era estar en casa. Entre 2013 y 2017 trabajé felizmente como administrador de sistemas en una empresa líder en ofertas de empleo y bienes raíces de Latinoamérica, probablemente uno de los trabajos más satisfactorios que tuve por lejos. Trabajaba con amigos, ascendí rápido de puestos, manejé una infraestructura muy grande, viajé al exterior incontables veces, conocí muchas personas y aprendí un montón. Trabajaba 100% en oficinas, pero como además, el equipo de infraestructura hacía guardias (nosotros) que no estaban reglamentadas/no eran pagas, nos compensabamos esas horas extra de trabajo nocturno/de madrugada con horas de trabajo durante el día, poder llegar tarde, irse temprano, o no ir a la oficina y trabajar desde casa. Era algo realmente cómodo y realmente no me molestaba no cobrar las guardias en tanto y en cuanto las reglas sean así, porque me gustaba.
Con los años y el crecimiento de la empresa, se fueron comprando distintas compañías de la competencia, hasta que finalmente adquirieron a su principal competidor. Ahí fue donde todo se tornó peor, feo, pesado. Nos quitaron la posibilidad de horario flexible, de trabajar desde casa, pero había que seguir haciendo las guardias “porque el producto tiene que estar disponible 24×7”. A pesar de haber lidiado meses y meses para lograr acordar el pago de las guardias, y frente a la ineptitud del otro lado, el equipo de infraestructura que tanto amaba se empezó a desmoronar, hasta que yo renuncié.
En Febrero de 2017 dejé mi trabajo de los últimos 4 años porque ya la cosa no iba bien, los jefes habían cambiado, empresas se habían fusionado y no me sentía cómodo trabajando allí, perdí mis libertades y eso me llevó a un cambio. Entre esos meses de bronca en mi trabajo anterior, me postulé a varias ofertas laborales de Sysadmin y Devops, donde terminé quedando como Devops para una empresa que desarrolla software del tipo chain supply. Y lo ofrece a través de cloud computing (AWS mas precisamente). Si bien los headquarters de la empresa están en USA, gran parte del equipo está en Argentina, tanto de desarrollo como de operaciones/infraestructura. Ir a la oficina se transformó en algo raro, ya que muy poca gente lo hace. De hecho durante la semana si uno concurre, con suerte verá 4 o 5 caras en el edificio, el resto trabaja de manera remota.
El trabajo se organiza a través de una daily cerca del mediodía donde todos nos ponemos de acuerdo en que tenemos que trabajar y que tenemos que enfocar, junto a un sistema de tickets (Jira) para poder organizar el trabajo y darle seguimiento al mismo, no solo para nosotros sino también para nuestros clientes (los equipos de desarrollo y testing). Así fue como empecé a trabajar desde casa de manera constante, tan constante que me fabriqué un escritorio por $500 con madera y patas de hierro del Easy.
Que al día de hoy uso y estoy feliz, aunque no tenga la mejor terminación
Los primeros meses fueron espectaculares ya que la comodidad de trabajar desde casa, de poder salir y volver, y de trabajar por objetivos son cosas que uno no puede ni quiere cambiar en su vida cotidiana. Pero hay un problema, uno muy grave.
El hecho de estar siempre trabajando desde casa te desconecta de la realidad, no hablás con seres humanos, no interactuás, no reís. Si bien esto al principio puede no ser preocupante, con el paso de los meses uno empieza a sentir esa cosa extraña, como que se está convirtiendo en un ermitaño. Y no solo es un problema de no-interacción con seres humanos, también es la pérdida de sentido del tiempo. Trabajar tal vez 12hs (o más) por día se me hizo costumbre al punto en que no veía un rayo de sol durante una semana. El problema de no tener un horario de inicio y uno de fin te hace estar dependiente del trabajo, y si sos un maldito adicto como yo, el problema se agrava x1000, ya que no te molesta realmente estar 14hs trabajando de corrido, porque hasta te parece normal, cuando tu trabajo diario debería ser de 8hs.
Eso es un problema que puede alivianarse bastante si uno decide trabajar y viajar, como hice algunas veces. Eso me enseñó a poder cortar con los tiempos laborales, a definir un esquema de trabajo y una agenda acotada, donde el trabajo estaba realizado, pero no abordaba mi vida cotidiana por completo. Viajar y conocer nuevas culturas, nuevos lugares y paisajes realmente es relajante e interesante. Uno no puede dejar de conocer lugares y de estar manija de los próximos tickets de vuelo cuando empezó a viajar, es atractivo.
De todos modos ese tipo de cosas me hicieron replantearme si realmente es bueno trabajar siempre desde casa, donde sólo vivo yo y nadie más que yo. Me tomó mas de 7 meses darme cuenta de tal error, y creo que hay una explicación para esto. Mi amigo Iván, al que conocí gracias a la compu hace muchos años atrás, había estado buscando trabajo por Capital Federal, siendo él de Quilmes/La Plata. A las pocas semanas fue contratado por una empresa cerca de casa, por Palermo. Entonces le ofrecí a modo de ayuda, que se quede en casa a dormir/vivir el tiempo que el considere necesario hasta mudarse 100% a Capital Federal, ya que el viaje hasta La Plata o Quilmes en horario pico puede ser muy engorroso y estresante. Entonces en lugar de viajar 2 o 3 hs por día, solo era una caminata de algunas cuadras
Lo mismo pasó con mi amigo Guido, a quien conocí cuando cursaba Ingeniería de Sistemas en Tandil. Guido consiguió trabajo en Palermo también, él estaba buscando un cambio porque estaba sufriendo lo mismo que yo en mi anterior trabajo, entonces para darle una mano también me pareció lógico que podría vivir en casa algún tiempo hasta conseguir casa aquí, para los que no viven en CABA, alquilar aquí es muy engorroso. Los costos y las trabas son terriblemente complejas y estresantes, uno tiene que desembolsar mucho dinero de entrada para poder alquilar algo. Convivimos con Guido e Iván por dos o tres meses en casa, y en parte eso me despejaba bastante por lo tanto no sentía el principal agravante del trabajo 100% desde casa. El departamento es chico pero el corazón es grande.