Tal vez te haya pasado o no, pero nadie está preparado para ser despedido de su empleo, porque te guste o no lo que haces, te da cierto estatus o estabilidad tanto económica como social.
Al final de cuenta cuando un día te dicen que tienen que prescindir de tus servicios, el problema no es solo económico y laboral; sino emocional y de cuestión de salud.
¿Qué pasa cuando dejas un trabajo que pensabas que era ideal para ti?, o que es una parte importante de tu vida y tu entorno.
Según un estudio del Journal of Organizational Behavior, revela que la inseguridad laboral puede hacer que la gente pierda la idea noción de quién es en realidad, “pierdes el sentido de ti mismo y aveces ni lo notas”.
Mientras formas parte de una empresa u organización, tienes una identidad social como “persona empleada” y regularmente no es algo que de vueltas en tu cabeza todo el tiempo. Pero cuando te quedas sin trabajo, de pronto puedes sentir como que no perteneces a ningún grupo y estigmatizas la situación, por ser ahora parte de los “desempleados”.
Esto provoca:
- Sentimiento de insatisfacción con la vida
- Inseguridad de las habilidades propias
- Rechazo a pertenecer a grupos sociales
- Conflictos emocionales
- Problemas gastrointestinales
- Afectación del sistema nervioso
- Agotamiento o depresión
Lo anterior es conocido como Síndrome del Impostor, así que es mejor evitar el miedo a perder el empleo o evitar caer en este cuadro depresivo si por alguna circunstancia pierdes tu trabajo. Que no se te venga el mundo encima.
Así que ya sabes… lo mejor es pensar siempre, que somos individuos capaces de muchas cosas y con más habilidades, somos más que lo que somos o hacemos en un trabajo.