Rico por excelencia, el tamal ha sido considerado el manjar que engalana las mesas el Día de la Candelaria.
Por eso hoy, 2 de febrero, tendrán presencia en los comedores de México.
Así como se le retiran las hojas que sirvieron para cocerlo al vapor, también puede presentarse sin ellas en un rico pastel salado.
Estilos para elaborar tamales o tamallis en náhuatl hay muchos: de dedo, un clásico norteño; borracho, de gran tamaño; envuelto en hoja de plátano o amasado con este mismo, como se sirven en muchos estados del centro y sur de México; «vestido» con hojas de acelgas o espinacas, amasados con yogur para hacerlos al estilo vegetariano, o con aceite de oliva virgen o manteca de puerco.
No hay que olvidar los tamales uchepos de Michoacán con su singular forma y el zacahuil de San Luis Potosí, una especie de tamal gigante. Incluso hasta pueden ubicarse tamales españoles con carne de puerco, chistorra o jamón serrano.
Hablando de rellenos, éstos también son muy variados, desde el clásico pollo desmenuzado con chícharos y cubitos de zanahoria cocida, frijoles refritos, carne de puerco o res, cabrito, chilorio, cochinita pibil y queso con rajas o mole, entre otros.
Como postres, las versiones dulces de elote y aquellas que llevan en su interior ates, frutos cristalizados, frutos secos e incluso deshidratados, son especiales para cerrar con broche de oro.
Si lo que piensas presentar hoy, Día de la Candelaria, es un pastel de tamales, elige los más apropiados según tu gusto y retírales sus hojas.
Coloca sobre un refractario o molde rectangular una capa de tamales y báñalos con frijoles refritos, crema y queso rallado. Puedes repetir las capas que desees. Hornea a fuego lento a que el queso se gratine.